EL MANTON de MANILA en la actualidad
La presencia del mantón en el traje tradicional español, deriva de la moda y afecta a los trajes festivos, arraigando preferentemente en Andalucía, a consecuencia del tráfico comercial colonial mantenido durante siglos con los puertos de Sevilla y Cádiz. Paralelamente y de forma paulatina arraigó con fuerza en Castilla, Extremadura, Levante y Aragón. El mantón de color y el negro se convirtieron en preciados presentes, en objeto de deseo y en piezas fundamentales del ajuar en el mundo tradicional. Durante el modernismo y la belle epoque, la moda impuso su uso, siendo imprescindible para toda mujer elegante lucirlo en el teatro, las verbenas y los toros. Los grandes modistos desde siempre se han inspirado en el Mantón de Manila para algunas de sus creaciones, como reflejaban las pasarelas de John Galiano, Yves Saint-Laurent, o más recientemente, Victorio & Lucchino.
En la actualidad el uso tradicional del Mantón se manifiesta vinculado a corridas de toros, fiestas regionales y verbenas. En Madrid y con motivo de las fiestas de San Isidro, se propone la elección del mejor Mantón de Manila, conservándose con ello una larga tradición consistente en los “concursos de mantones”. En Toledo se usan para decorar los balcones los días de gran solemnidad, caso de la fiesta del Corpus. Es en Andalucía donde podemos hablar de una moda del mantón, convirtiéndose en prenda obligada en ciertas ceremonias religiosas y civiles.
El mantón de Manila cobró una gran fuerza en la región andaluza, no solo como prenda de vestir, sino que obtuvo un gran protagonismo en el mundo del flamenco, convirtiéndose en uno de los elementos tradicionales de este arte.
Las bailaoras incorporan el mantón a sus danzas, aportando un mayor movimiento que, combinado con su arte, la música y el juego de luces, deja casi hipnotizado a su público.
La versatilidad del mantón de Manila permite que se pueda adaptar a distintos usos. Así, hoy podemos emplearlo como vestidos, faldas o chaquetas. En algunas localidades se utiliza, incluso, para engalanar las casas, como ocurre en diversas festividades en Andalucía.
También en Canarias, durante las Fiestas Lustrales en Honor a La Virgen de Las Nieves en Santa Cruz de La Palma, la calle Real viste sus balcones con los coloridos mantones de Manila, mientras se lanzan pétalos de flores frescas al paso de la procesión.
Su uso trasciende la vestimenta en la mujer, y pasa a ser objeto decorativo de interiores, depositados sobre muebles, suspendidos de muros… y de constituir una forma más de coleccionismo, y por tanto de comercialización especializada.
La posesión de un Mantón de Manila, bien por adquisición, bien transmitido por herencia, lo convierte en una prenda entrañable que goza de gran aprecio y constituye un elemento esencial si se quiere poseer un fondo de armario completo.